domingo, enero 21, 2007

.............Lamento SiDeRaL



Neneco perdió a su estrella mientras dormía, al despertar se sintió confundido, y creyó que seguía soñando, pues nunca pensó que algo así sucedería, si su estrella siempre fue tan dichosa iluminándolo en cada paso. Aunque para sí a veces pensaba, que no la merecía, pues era tan perfecta… Ella iluminó su vida desde que apareció, fue por su luz que él abandonó la lobreguez que por años lo mantuvo cautivo. Por ella se convirtió en noctámbulo y olvidó sus manías suicidas, cada día escribía versos antes de dormir, para dedicárselos al anochecer.

Neneco ignora que Estrellita, lo observa desde hace tiempo, la conmueve su tristeza y las lagrimas que derrama por su querido astro. Una noche se acercó sigilosa y pudo ver así su taciturno corazón. Notó que era noble y sincero, luego se acercó un poco más, y estando frente a él vio sus ojos, entonces comprendió su inminente destino, y sin más preámbulo resolvió quedarse junto a él. Trató de consolarlo, pero no escuchó su voz, trató de brillar con más fuerza, pero su llanto opacó su por demás débil resplandor. Dispuso pues, dar tiempo a que sus heridas sanaran.

El orbe continúa en su eterna danza con el astro rey, Neneco enciende cada día una vela a su fugitiva amada, busca la intercesión de toda deidad planetaria y ruega que ella vuelva a su lado. Hace mil promesas, cumple novecientas, diezma, ama a su prójimo… Desespera.
Acusa a los cielos de enviarle una maldición por su oscuro pasado. Estrellita permanece fiel a su misión, siempre callada, siempre aguardando, a veces las nubes no le permiten verlo, pero su vigilia continúa. Escucha sus lamentos, implora al cosmos por su alma, porque su dolor se disipe, porque alguna vez note su presencia y por qué no?… porque un día la ame.

Estrellita ya no ilumina las noches como tantas veces solió hacerlo, el dolor ha mermado sus fuerzas, y cada vez siente más baldía su existencia en este vasto universo… Desespera . Pide al infinito le permita ser libre,
marchar a otras latitudes, pero en realidad, espera ayudar a su querido mortal. Convertida en estrella fugaz cruza el firmamento, y lo ve por última vez, segura de que entonces la verá y pedirá un deseo: el regreso de su estrella.

Neneco deambula con la mirada más triste y perdida del mundo... Salta inerte al abismo.

El cuerpo sin vida de un hombre es encontrado debajo del puente, una tectita es su lecho, no hay explicación para su deceso, no hay rasguños ni heridas, sólo un corazón desecho.

viernes, enero 19, 2007

Añeja esperanza




Cada mañana un encuentro,
y en cada encuentro la misma rutina,
siempre de pié en la misma esquina.
Cuarenta y pico de años, traje azul raído,
zapatos impares… Sin nombre, sin apellido.

Hoy es solo un guiñapo implorante,
y nunca falta un caminante,
que a su causa decida socorrer.
Poco le interesa ya comprender
cómo aquel óbolo llega día a día.

Vivir es solo un sueño, que a veces sueña,
en el que ya no es más una brizna dentro de la maraña,
sino un ser dilecto y respetado,
alguien que aspira y respira,
y quien siempre será recordado.

Fenecer es solo cuestión de tiempo,
cualquiera, incluso él, conoce su fatal destino.
Ignora cuándo, pero sabe cómo encontrar el camino,
la ruta al sempiterno exilio, a su ya no estar.
Titubea… ¡Cómo extrañará no sentir más ese añejo en el paladar!

Un arco iris surca el cielo en esta nublada alborada,
nadie advierte su fugaz presencia, todos marchan ensimismados.
El traje azul raído y los zapatos impares, ahora yacen empapados,
la lluvia ha ganado la batalla… La misma esquina ya no lo es más,
sólo el alba fue testigo del reencuentro con su amada.


lunes, enero 15, 2007

......Coincidencia......

Compartimos una misma luna,
pero distantes son nuestras sendas,
sendas que una vez se cruzaron,
en clara rebelión contra el destino,
quien sabiéndonos tan lejanos
abandonó su vigilia en la decimoséptima noche.

Distintos nuestros quehaceres,
vos con tus magníficos discursos,
tus cátedras, tus incisivos juicios.
Yo con mi lucha diaria por descubrir
quién soy en realidad,
por abandonar de una vez por todas
esta minusvalía mental que me aturde y me paraliza
y me hace cómplice de mi propio homicidio.

Pretéritos son ya tus labios,
que sabían a doce años, a tabaco y a compañía.
Lejana es ya tu piel,
que ha conocido mil pieles más,
que sabe de roces exactos, de detalles, de perfección;
de amores y desamores, de olvido y traición.

Seis metros cuadrados ocupó una vez nuestro puerto,
escasas fueron la noches y madrugadas
que en aquel mar compartimos.
Quinientas millas hoy nos separan,
y una prole y una costilla, y mil cosas más.
Sin embargo continúo en nuestro mismo puerto,
bajo nuestra misma luna, esperando a que
el destino descuide nuevamente su vigilia,
y que entre la polaridad que nos abruma,
podamos por fin en la enésima noche, coincidir.