lunes, octubre 22, 2007

...... Pequeño Poeta ......


Hubo una primera vez…
no fue cuando te vi,
fue cuando al fin te conocí.
Estabas allí… Azorado,
irrumpiendo en mi abstracción,
en este soliloquio,
que ya se ha hecho eterno.

Tus versos revelaban un amor novicio,
como el que una vez dejé partir.
Me hablaban de aprensión,
de temor a no ser equivalido.
Desde tu furtiva guarida
describías cada uno de mis gestos,
mis movimientos…mi soledad

Cortésmente agradecí tus coplas,
te supliqué que no compusieras más.
Me despedí para siempre:
la primavera perdí hace tiempo,
y aunque lo quiera, jamás volverá.
Pequeño poeta, mi impulsivo pretendiente,
un día, el mundo te venerará.

La siguiente tarde por fin te acercaste,
tus ojos lo confesaron de inmediato.
No fueron tus palabras,
sino la forma en que me viste;
esa franca mirada te evidenció.
Los días yacían fundidos bajo el sol caribeño,
el tiempo apremiaba, y tus deseos aún más.

Por un beso me ofreciste un día:
un rayito de sol, un reflejo de luna,
y el verde del arco iris.
Jamás advertiste que desde aquella primicia,
me obsequiaste: el calor de tu sonrisa,
el brillo de tus ojos de miel,
y aquel verde guijarro.

miércoles, octubre 17, 2007

......Será en diciembre......


Me ves,
buscas mis ojos,
procuras hacerme sonreír.
Instintivamente… te esquivo.

Preguntas,
respondes sin yo cuestionarte,
fraguas mil argumentos.
Deliberadamente… te evado.

Te quedas,
me esperas,
inventas mil excusas.
Incautamente… te dejo partir.

Aguarda un poco…
Consérvalo intacto…
Gélidos serán los días de diciembre,
y los venideros, más aún.

En diciembre,
seguiré sin ver tus ojos,
pero si buscas los míos;
aún empapados, te verán sin desdén.

En diciembre,
no pretenderé respuestas,
pero si encuentras argumentos;
silente incluso, buscaré tu abrigo.

Dulce y amargo diciembre:
sin remedio me deparas soledad.
Cierra tus ojos y aguarda.
Al volver… me quedaré a tu lado.

Lóbrego diciembre,
cuánto te espero… Difícilmente
encontraré felicidad luego,
su “te quiero” en mi oído, lo habrá valido.