lunes, noviembre 26, 2007

Argumentos a favor


No es amor, lo sé.
Porque la facultad de amar la extravié,
ignoro en qué lugar y en qué momento;
sólo sé que no está más.
Aunque a veces sospecho
que nunca existió tal…
Que han sido sólo ilusiones,
unas más intensas quizás,
pero falaces igual.

Mi príncipe de ensueño
extravió el camino,
jamás vino a mi encuentro.
Triste niña buena sin recompensa:
en este mundo sólo halló
traición, dolor y soledad.
Hipotecadas desde hace tiempo
están mis ilusiones,
la cotidianidad ganó la justa.

No es amor, lo se.
Y sin embargo, en sus ojos
algo he reconocido, algo genuino, sin par.
Las palabras están de más.
Sus labios no las precisan…
Veo sus ojos e intuyo lo que
su alma quisiera gritar:
que me necesita más allá de este tiempo
y de la distancia que hoy nos aleja.



domingo, noviembre 25, 2007

Querida amiga I


Querida amiga,

Ha regresado. Luego de años de espera, de ilusiones frustradas, de versos tristes y agónicos… regresó. Al leer sus líneas volvió el dolor, se hizo poco a poco más contundente; imágenes de un pasado de desengaño, de desesperanza, de saberlo tan quimérico y a pesar de todo, quererlo junto a mí.

Las lágrimas nublaron mi lectura, quise romper en mil pedazos su cínico saludo, pero únicamente fui capaz de lanzarlo a la basura.

Esa noche la tristeza fue profunda, recordé entre otras cosas las eternas horas de espera de aquella última cita, que jamás encontraron ocaso; las tristes copas de cristal; el empolvado etiqueta negra; la ilusión de estar a su lado una vez más…la gélida antecámara a mi soledad.

Ha regresado. Pregunta cómo he estado yo, mi familia, mi trabajo y mi profesión. Ha dicho que le encantaría tener noticias mías, hablarnos por teléfono y poder verme un día. Reclama también por qué me he alejado y por qué he partido sin él.

La mañana siguiente mi primer pensamiento fue suyo. En mi pecho aún yacía prisionero un último suspiro, ahogado entre la extenuación de la noche anterior y mis sábanas; pero rehusaba a salir. Recogí de la basura nuevamente sus líneas, leyéndolas una a una. Casi podría recitarlas ahora y suponer sus intenciones.

La soledad conspiró contra mí esa mañana: le he respondido. Le he contado cómo está mi vida ahora, más el orgullo no me permitió decirle que sigo sola, que me ha costado estar sin él… que jamás imaginé que volvería.

viernes, noviembre 23, 2007

Viernes day


Hay días en los que sin un motivo en particular te sientes inmensamente triste. Son de esas tardes en que el frío se hace más profundo, la oscuridad se nos viene encima y de repente nos da la sensación de que quisiera devorarnos. Te ves al espejo sin realmente observarte. Te pones el saco marrón, te envuelves en la bufanda, y sales más lentamente que de costumbre. Pareciera que intencionalmente demoras tu partida.

Te despides con una mueca que pretende parecerse a una sonrisa. Y sales. El frío te persigue por toda la avenida, pero sucumbe a tu indeferencia. Distingues entre el tráfico una cara conocida. Presurosamente esquivas los vehículos y cruzas atrás del suyo. Luego continúas sin volver la mirada. Te detienes en un cajero automático. Te molesta la conversación del remedo de niña rica delante tuyo: botas, falda a cuadros, chaqueta. “Gorda espantosa” te dices. Y sin querer su conversación telefónica interrumpe tus cavilaciones. Presume de sus compras navideñas, y no para de hablar mientras retira su dinero. Por fin se va y te da el chance de sacar los cien quetzales para tus gastos de fin de semana. Retiras tu dinero y caminas presurosa. Alguien se acerca a ti. Es la cacatúa con botas de nuevo. Parece preguntarte si “terminó su operación” antes de que empezaras la tuya. Su egocentrismo te termina de enfadar. La ignoras con obvia intención, y la dejas atrás.

Sorteas otros cuantos vehículos y llegas sin presteza a la parada. Te sientas tranquilamente segura de que la espera será larga. Se acerca el primer bus. Pacientemente observas como los pasajeros luchan por subirse. La mayoría se va y parece que queda un espacio en el último escalón. La comodidad de tu butaca no te permite correr y ocuparlo. Tres minutos más. Viene el segundo: para tu desilusión trae suficiente espacio para los pocos que aún esperan. El viaje transcurre sin mayores interrupciones. La noche ha cubierto el horizonte. Sigues caminando sin premura. Por la calle sólo te acompañan los mismos pasos tristes. Delante tuyo observas a tu propia sombra, tan triste y solitaria como tú. Las mismas seis calles de cada día, la misma gente y su bullicio. Idéntica escena, idéntico entorno… la única disímil pareces ser tú.

martes, noviembre 13, 2007

........ Reflejos de Luna




Luna,
Luna distante:
¿Existirá un mañana?
Infinita demora…extraño destino.
Aguardo.

Luna,
Luna solitaria:
¿Me seguirá pensando?
Sus versos he olvidado…
Titubeo.

Luna,
Luna madura:
¿Cumpliré mi promesa?
Esta confusión me abruma…
Sollozo.

Luna,
Luna celestina:
¿Entregas mi mensaje?
Recuérdame siempre…perdona si
fallo.

jueves, noviembre 08, 2007

...... Forastero ......



Creció verde, creció fresco,
sin auspicio, sin guía.
Creció fuerte, creció sano,
sin abono, sin podar.

Creció triste, creció sólo;
entre mengua, entre maleza.
Creció parco, creció sombrío;
entre cemento, entre sarro.

Y creció a pesar de brotar:
entre pisoteos, entre mierda…
Y está a pesar de no deber estar,
en un contexto que no es el suyo.

Y sigue porque debe seguir,
anónimo, incluso ridículo.
Y aguarda porque debe aguardar,
sereno, hasta su otoño…