
No es amor, lo sé.
Porque la facultad de amar la extravié,
ignoro en qué lugar y en qué momento;
sólo sé que no está más.
Aunque a veces sospecho
que nunca existió tal…
Que han sido sólo ilusiones,
unas más intensas quizás,
pero falaces igual.
Mi príncipe de ensueño
extravió el camino,
jamás vino a mi encuentro.
Triste niña buena sin recompensa:
en este mundo sólo halló
traición, dolor y soledad.
Hipotecadas desde hace tiempo
están mis ilusiones,
la cotidianidad ganó la justa.
No es amor, lo se.
Y sin embargo, en sus ojos
algo he reconocido, algo genuino, sin par.
Las palabras están de más.
Sus labios no las precisan…
Veo sus ojos e intuyo lo que
su alma quisiera gritar:
que me necesita más allá de este tiempo
y de la distancia que hoy nos aleja.
Porque la facultad de amar la extravié,
ignoro en qué lugar y en qué momento;
sólo sé que no está más.
Aunque a veces sospecho
que nunca existió tal…
Que han sido sólo ilusiones,
unas más intensas quizás,
pero falaces igual.
Mi príncipe de ensueño
extravió el camino,
jamás vino a mi encuentro.
Triste niña buena sin recompensa:
en este mundo sólo halló
traición, dolor y soledad.
Hipotecadas desde hace tiempo
están mis ilusiones,
la cotidianidad ganó la justa.
No es amor, lo se.
Y sin embargo, en sus ojos
algo he reconocido, algo genuino, sin par.
Las palabras están de más.
Sus labios no las precisan…
Veo sus ojos e intuyo lo que
su alma quisiera gritar:
que me necesita más allá de este tiempo
y de la distancia que hoy nos aleja.