jueves, agosto 21, 2008

P O S T R E R O








Brindo por la letra gótica

tallada en mármol añejo

sobre tu gélido refugio,

la misma que en tres líneas

cuenta al mundo nuestra historia,

esa que evoca dos tiempos:

ineludible destino, fugaz existencia…

y una posdata olvidada.

¡Salud! por la lágrima negra

que noctámbula surcó tantas horas

tras mi puerta sin cerrojo,

esa cuya llave extraviaste en tu memoria.

Gotas saladas cual rocío,

empaparon el manto púrpura que te cobija.

Brindo también no por vos,

que ciertamente te encontrás

en algún lugar de este orbe;

sino por mí, que indulgente,

he visto alejar tus pasos de mis días

y siguiendo el protocolo del buen creyente,

te he dedicado una última plegaria

y te he dicho adiós para siempre.

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